Santa María del Puerto Príncipe
-Camagüey-
La villa de Santa María del Puerto Príncipe destaca por su arquitectura andaluza, con fuertes influencias del mudéjar en las residencias y en los edificios principales del Centro Histórico. Hoy ciudad de Camagüey, la joya patrimonial figura como un poblado lleno de misterio y singularidad debido a su riqueza histórica y ubicación peculiar entre dos ríos, delimitada por sus fronteras naturales y no murallas en el siglo XVI. Sea en el extrarradio barrio de La Caridad o en el núcleo de la vieja villa, las fiestas populares y religiosas en la ciudad confieren entusiasmo anual a la población, cuando actividades como los asaltos, la caza del verraco y las carreras a caballos incluso llegan de los márgenes territoriales a las famosamente estrechas calles donde residían las familias aristócratas influyentes en la economía y la cultura, algunas de las cuales marcaron la identidad de la nación cubana de manera decisiva.
Fundada por Diego Velázquez en 1514 en la costa norte y, después de sucesivos traslados, asentada definitivamente en 1528 en su actual emplazamiento al centro de la provincia, la villa de Santa María del Puerto del Príncipe recibió el título de ciudad a finales de 1817. Conocida entre los cubanos como la Ciudad de los Tinajones, en 1903 le fue conferido su nombre de Camagüey, vocablo de herencia aborigen, que es símbolo de resistencia e independencia. Su Centro Histórico, uno de los más grandes del país con 330,9 hectáreas, atesora edificaciones y monumentos de alto valor histórico, arquitectónico y ambiental, en medio de una trama urbana de singular trazado conformada por manzanas irregulares y edificaciones religiosas de gran porte asociadas a un complejo e inusual sistema de plazas y plazuelas, que embellecen la ciudad, y permanecen conectadas por sinuosas calles y callejones curvilíneos, de franca evocación medieval.
Las plazas del Carmen y de San Juan de Dios constituyen en la actualidad los espacios mejores conservados del siglo XVIII. Sus valores arquitectónicos están también asociados a tipologías arquitectónicas domésticas tradicionales, en las que predominan materiales y técnicas de construcción relacionados con el uso extendido de componentes de barro: ladrillos, losas de piso, tejas y tinajones para guardar agua, así como las cubiertas a varias aguas, las pilastras truncadas, los aleros de tornapunta en las puertas de entrada y los arcos interiores.
En 1978, la ciudad de Camagüey fue declarada Monumento Nacional como parte fundamental del patrimonio cultural del pueblo cubano y en 2008 su núcleo más antiguo, conformado por 54 hectáreas, y los cinco espacios que marcaron su origen: el Parque Agramonte, las plazas del Carmen, de San Juan de Dios y de los Trabajadores, y el Parque Martí, fueron declaradas por la Unesco Patrimonio Cultural de la Humanidad. Ese reconocimiento destacó también la excepcionalidad de un conjunto arquitectónico que conjuga armoniosamente el patrimonio histórico edificado con la recualificación de espacios e intervenciones contemporáneas, constituye además hábitat humano y es representativo de una cultura repleta de leyendas, costumbres y tradiciones.
La sabia conjugación de pasado y modernidad y una intensa vida social y cultural que dan fe de sus raíces culturales y su rico patrimonio intangible, hacen del Centro Histórico de Camagüey no solo un sitio de visita obligada, sino también de peculiar identidad urbana.